“….que viva la cumbia, banda sonora de latinoamérica….

nació en colombia, tomo vacaciones en mexico,

nadó hasta ecuador, se casó en perú, lloró en argentina,

se emborracho de vino en chile,… Cumbia Nuestra que estas en el aire,

santificada eres en fiestas, llenas nuestras vida de llanto,

de alegrias, de amor y desprecio… Cumbia que te quiero”

- de un comentario en Youtube (usuario: Nelson Rojasvalenzuela)

La cumbia es un género musical, eso dicen por lo menos. En lo personal creemos que la cumbia es mas que eso, trasciende las barreras conceptuales que el “género musical” le da. Mas bien nosotros diríamos que la cumbia es, si se nos permite la metáfora, una especia que se le pone a muchos otros tipos de música, o una capa de pintura y popurrí que se le unta por todas partes a cualquier otra tipo de música que se cruce en su camino. Ritmos básicos que están en todas las cumbias se pegan como rémoras a un sinfín de géneros, países y artistas para ofrecer una variedad espeluznante de cumbias. Un ejemplo ejemplar, es “Para Elisa” de los Destellos, la magna obra de Beethoveen embadurnada de cumbia y lista para pulir suelos.

Creo que hay que empezar por cuando empezamos a escuchar cumbia. Hasta hace no más de dos años, la cumbia no pasaba de mis oídos mas que a través de la radio, la ocasional fiesta, el transporte público, los tiangüis y en alguna que otra boda. Tal vez podrías decir que era música popular que nunca te detuviste a escuchar. Luego llegó The Roots of Chicha, una compilación de cumbias de la década de los 60 y 70, cumbias peruanas como nunca habían escuchado mis oídos. Ahora ese disco está casi, casi que a la par del Sargento Pimienta de los Beatles.

Nadie se había percatado que mientras en el hemisferio norte, anglificado por la proximidad con Bretaña y los United, se despertaban impresionantes e imprescindibles músicos, nuevos géneros y obras maestras, lo mismo ocurría en el corazón de Latinoamerica. Al igual que en el norte, la música del sur partía de una variedad muy rica en géneros y en cultura popular. La cumbia ya existía, solo fue evolucionando. Y a la cumbia le echaron lo eléctrico, le cayeron las drogas y la juventud, que empezó a escuchar música. Así se crearon un sinfín de grupos cumbieros que mezclaban de todo por todo y para todo, con el trasfondo de una música popular que fuera para divertirse, para bailar, y festejar.

Creemos que la exploración de la cumbia está en cada uno de nosotros. Empezar por compilaciones como The Roots of Chicha está bien, pero existe un universo detrás de cada artista, y por supuesto, la trayectoria histórica de la cumbia ofrece una cantidad de subgéneros y música folclórica que es más buena una tras otra. Todo país de Latinoamerica podemos decir que hace cumbia, incluso apostamos que en el US la migración de latinos ha recreado ritmos y canciones que llevan la cumbia dentro de sí.

No se habla de cumbia sin hablar de bailar, o por lo menos de llevar el ritmo, es pegosteoso y sabroso, irresistible. Que de tanto escuchar cumbia hasta la escuchemos en la máquina que imprime en los tiquetes de compra en el súper, Pum, pum, pum… y los pies se empiezan a mover solos. Se levantan del piso y nuestra espalda como que quiere retorcerse. Pum, pum, pum… y las cadera oscila al ritmo de lo que en Lationamerica llamamos la banda sonora de nuestra cultura. Ahí colada en el Tex-Mex, el son, la salsa, el tango y la psicodélia de ayahuasca. La cumbia.

A grandes rasgos y por personal gusto aquí van algunos grupos que no hay que dejar de escuchar: Los Destellos, Juaneco y su Combo, Los Hijos del Sol, Los Ángeles azules, Celso Piña, Los Wawanco. Todos estos grupos mezclan la primera mitad del siglo XX en una explosión nueva de música, cumbia psicodélica, eléctrica, nuevos ritmos y nuevas melodías, nuevas escalas, fusionando estilos nuevos y viejos con nueva sazón. Bajita la mano es probablemente uno de los tres géneros musicales más populares del mundo. De los mas extendidos por lo pronto.

Y es que se contagia. Como un virus de gloria, inyectándose en el torrente sanguíneo, adictivo como la amapola de nuestro hermoso continente. La cumbia tiene todo para arrastrar nuestras emociones por el suelo y para dejar la pista tan limpia que podamos comer frijoles, maíz y papa del suelo americano.

Y sí, México, Colombia, Argentina. Sí todos esos. Pero Perú. Perú es como la Inglaterra de la cumbia. Los músicos mas talentosos de nuestro continente. Ahí se mezclan las escalas andinas tan milenarias como la tierra con los ritmos intercontinentales de la cumbia, resultando en un sonido delicioso e irresistible.

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Jose Puig y Jose Luis Isoard