Busca la llave, abre la puerta, prende la luz y entra a su pequeño aposento en donde la vida tiene mas sentido.  Deja sus cosas en el mismo lugar de todos los dias y se sienta en el sillon,  otro dia mas pero no fue un dia cualquiera, nunca es un dia cualquiera.

Todo empezo 3 semanas antes, estaba caminando por el centro de la Ciudad viendo por el vidrio de un restaurante como un cliente le gritaba al mesero. No sabia cual era la razon de la discusion pero parecia que el cliente tampoco, solo queria descargarse con alguien. El mesero simplemente asentia la cabeza pero no le daba mucha importancia, sabia que todo acabaria en cuanto el cliente saliera por la puerta, o por lo menos eso es lo que creia.

El cliente le hizo una pregunta al mesero pero este no le estaba poniendo atencion alguna, a tal grado que no se percato que se le estaba haciendo la pregunta y eso lo puso en evidencia, cosa que enfurecio al cliente. El cliente se paro y lo empujo, toda la gente se paro de sus mesas y empezaron a gritar y a aplaudir. Formaron un circulo alrededor del mesero y el cliente y empezaron a aventar billetes. La gente estaba euforica.

Ofendido por lo que estaba pasando, entro al lugar a poner un poco de orden. Cruzo la puerta y en ese momento un señor le dijo que para entrar tenia que pagar, a menos de que solo fuera a comer entonces en ese caso tendria que entrar por la puerta trasera. Salio corriendo y entro por la puerta trasera. Apago las luces del lugar y avento una bomba de humo. La gente no sabia que hacer. No sabian si seguir viendo al cliente y al mesero, pero ellos nunca pelearon, no paso del empujon, acabaron tan desconcertados por la reaccion de toda la gente que se tomaron la mano, sabiendo que estaban viviendo lo mismo, que se entendian mutuamente. La gente tampoco sabia si preocuparse porque no habia luz y habia humo que estaba llenando el lugar, asi que decidieron seguir gritando y aplaudiendo, hasta que se prendio un reflector muy potente que encandilaba a cualquier persona que mirara en esa direccion.

Era algo que no podian luchar,  no podian enfrentar de ninguna manera. El reflector los encandilaba cada que lo volteaban a ver de frente. Hubo uno que otro valiente que intento acercarse a el con los ojos cerrados, pero debido a que tenian los ojos cerrados perdian el camino. Esta persona llego al reflector pero antes de atentar algo contra el, abrio los oidos.

Silencio.

Era un silencio único, puro. Se hinco y empezo a llorar y reir.  Escuchaba el silencio, lo estaba viviendo, sintiendo, se dio cuenta que existia. Era tan limpio, como un campo infinito en el que cualquier cosa era posible. Encontró el silencio.

Se dio cuenta que el y todo era parte de ese silencio, asi que cualquier sonido tenia que ser puro, tenia que tener cuidado sobre lo que construiria sobre ese silencio, ya que era una oportunidad única la que se le habia dado.

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Enrique Bojorquez