”…la relación entre el contexto y el arte es una maravilla de tema,

se aplica para todo el arte que es universal pero

también contextual,el buen arte logra ser ambas.

Y yo creo que lo logra porque logra hacer su contexto

universal o ver el universal en su contexto. En fin es un tema chingón.”

- Santiago Narvaez (de  una conversación en facebook)

Estoy escuchando la canción más vieja que se conoce,* mientras escribo esto -en unos audífonos conectados a mi computadora- estoy escuchando una interpretación de la melodía más antigua de la que tenemos registro. Tiene casi 5000 años. Más que la antigua Roma, sus emperadores, más aún que Grecia, la China de Confucio y más que el Egipto de los faraones. Esta pieza musical no es menos compleja por eso.

Tampoco es particularmente buena. Pero nada necesita ser bueno para ser capaz de movernos por dentro. En un sentido, si se puede decir nostálgico, despierta algún tipo de sentimiento de memoria, o tal vez de presencia humana. Línea directa al pasado antiguo. Tal vez es el contexto en el que la escucho. Tal vez es porque sé que es algo que compusieron los antepasados que comparto con miles de millones de humanos. Tal vez porque me incomoda un poco saber que las huellas que dejamos pueden seguir llamando la atención después de que miles de generaciones han muerto sin dejar un mísero registro de su existencia. El pasado es un caprichoso hijo de puta. Tal vez sólo es por el contexto, y que si alguien escucha el Gangnam Style en 5000 años le provoque lo mismito.

Es que la música, si bien entiendo, funciona como la vida. La evolución no es un proceso progresivo -donde cada mutación es un avance en el camino a la conquista del universo- es más bien uno de cambios obligado por las circunstancias, sin ninguna directiva aparte de la adaptación a un medio. Este himno pudo haber salido de la mente de un músico contemporáneo trabajando en su computadora y aun así puede presumir más de cinco mil años. La música puede –aparentemente– sin problemas desprenderse de todo contexto que no sean ondas sonoras y orejas humanas.

El humor, por el otro lado, no puede vivir descontextualizado en esa medida. Si rastreamos en la historia la evolución del humor nos topamos, bien con chistes inentendibles, o con humor escatológico (y sexual) a lo mucho, lo demás no nos llegó. El humor (ojo, no la comedia) vive del contexto. Porque irónicamente, nada es absurdo sin un contexto con qué contrastarlo. Ese, amigos, es el secreto del humor.

Me van a disculpar este siguiente párrafo (pueden brincarselo si así prefieren)… El mockumentary, traducible como “falso documental” (nombre que lo describe impecablemente), es un género de televisión (y cine) relativamente moderno e innovador. El falso documental es un género muy útil para la comedia y su reinado hoy en día da para unos años más. Tiene una capacidad de espontaneidad narrativa nunca antes vista porque permite, a través del comentario del “confesionario”, una mirada a lo que los personajes no pueden decir dentro del marco de edición lineal. Son punchlines que trascienden el espacio narrativo y nos permiten ver insights sarcásticos de personajes diagnosticables de todo el catálogo de desórdenes mentales. La comedia situacional (sitcom) depende del humor de las situaciones, que se desenvuelven en la completitud de una escena. Una ventana fuera de esa situación viene a romper todo y replantear el género.

Disculpen ese párrafo nuevamente, el análisis de comedia es una debilidad mía y nadie se la merece.

Trailer Park Boys, podría argumentarse, es la primera de ese género en televisión. Nace en el mismo año que The Office (versión del Reino Unido), y precede a la versión gringa, popularizadora del género, por casi cinco años. Aun así sigue viéndose mucho más fresca, casi como la canción más vieja del mundo. TPB rara vez abusa del mockumentary como recurso narrativo. Mucho menos abusa de la tensión racial como las series americanas suelen hacer. Post-racistas se llaman ellas mismas,  un argumento muy débil, ahogado en una sociedad que no acaba de sacudirse los prejuicios y resentimientos.  Lo más parecido a un monólogo moralista, repetido hasta las nalgas por las sitcoms gringas es esto:

http://www.youtube.com/watch?v=RJHVr6IcLrs&t=18m40s

Y tiene más corazón que la canción más vieja del mundo. Un humor así de limpio da la impresión de no necesitar contexto en absoluto. Humor puro, libre de sensacionalismo, burla y abuso de estereotipos. Si me preguntan “¿Crees que Trailer Park Boys será chistoso en 1000 años?”, respondo que sí… perderá mucho, pero el núcleo de su narrativa seguirá siendo humor genuino, fresco y universal. Todo arte comparte elementos con el medio, todo arte de alguna manera u otra cuenta historias. Desde la música más vieja conocida hasta la serie más canadiense del mundo. Contexto o no contexto, algo tienen que ver.

 

*La canción más vieja conocida:

http://www.youtube.com/watch?v=vykQogqh5Ho

El Himno Hurrita no. 6, para los curiosos… Compuesto por algún ancestro de los Kurdos en el corazón del Medio Oriente alrededor del año 1400 a.C.