No sé, como muchos dicen,  si sea esta época o es algo prevalente en la raza humana, pero la privacidad y el respeto espacio personal son de los temas que más nos alteran. Esa persona que se sienta junto a ti cuando todo el camión esta vacío, o ese que casi te cucharea en la fila del McDonald’s es de lo más enervante que nos puede suceder. Yo, en lo personal, sufro seria ansiedad e irritación cuando alguien invade ese espacio personal. Lo valoro más que cualquier otra cosa en mi trato con las personas.

Y sí, tal vez sea exclusivo de nuestros tiempos, en donde preferimos ver una película en una pantalla de diez centímetros, en la privacidad de nuestra cama, a hacerlo en una pantalla de veinte metros, compartiendo la experiencia con decenas de personas en un espacio común. Argumentos se pueden lanzar para los dos lados, sin que ninguno quite veracidad al hecho de que el espacio personal es una cosa preciosa.

Y es por eso que he abandonado novelas de Dostoievski a la mera mitad porque el escritor ruso es de los autores más invasivos de la historia. Sus libros son casi telenovelas en lo intrincado de sus tramas. Llega un punto que te cuestionas a ti mismo y no aguantas la carga moral del morbo que estas manejando. Es ahí cuando decides dejar de respirarle en la cara a esos personajes tan caídos de gracia. Y es una pena, porque en realidad son piezas de literatura finísima.

Se pone peor. El diario de Ana Frank es una de las morbosidades más grandes que se han hecho leer a los estudiantes de secundaria. El valor histórico y moral se diluye en un pantano de sensacionalismo bruto que debería dar vergüenza. Y aun así parece que la única forma de conmovernos es adentrándonos en este tipo personajes.

A fin de cuentas eso es la empatía. Esa que Jeff Mangum, vocalista y líder de Neutral Milk Hotel, tiene a borbotones. Esa delgada línea entre empatía y mero morbo, comprensión del otro o flagrante invasión del espacio ajeno, es una que me cuesta trabajo definir. Tal vez por eso soy el único que se incomoda leyendo a Dostoievski, y tal vez me haga más irónico en tiempos donde la sinceridad es un oasis entre millas de desierto.

In The Aeroplane Over The Sea  es el segundo (y último) álbum de Neutral Milk Hotel. Es de los viajes musicales más sinceros que he vivido. Ahí junto a Leonard Cohen, un poeta que se abre por completo y te manda un cable directo al alma. Es la inviasión a lo personal mas profunda que se puede hacer. Me cuesta trabajo explicarme a mi mismo como puedo sumergirme en algo tan intimo sin sufrir ni un ápice de incomodidad.

Mangum escribió el álbum como una especie de tributo a Ana Frank después de leer su diario. No como un entrometido sino como un enamorado de lo humano. Un hombre conmovido que quiere compartir con nosotros ese dolor. Es un lamento de cuarenta minutos.  Letras surrealistas que imploran a lo más noble de humano buscando respuestas a lo trágico de la vida. Tiene momentos crudos, como en “King of Carrot Flowers”, donde la infancia distorsionada se combina con intimidad sexual. Momentos tiernos, como “In the Aeroplane Over the Sea”, que medita lo eterno que puede ser el amor en un mundo destinado al olvido. Encuentra uno de sus climax en “Two Headed Boy”, como una sopa de caída libre, una canción que aún no entiendo pero que puede ser de lo mas melancólico y redentor, trágico y sensato, todo al mismo tiempo. Rodeado de música sucia y distorsionada y una voz sin ningún tipo de filtro que lime las asperezas. Una escuchada superficial puede ser detrimental a las orejas. Pero un poco de solemnidad al escuchar sensibiliza el carácter y destruye las barreras.

Tal vez si Dostoievski no derrotara a sus personajes, y en vez se expusiera el mismo (lo cual tal vez hizo y estoy siendo injusto) como lo hace Mangum, otro gallo me cantaría. Un poco de invasión a la privacidad de Mangum y una breve búsqueda en internet revelan que ha tenido serios quiebres de depresión. Abrir ese tipo de puertas siempre deja a un hombre totalmente vulnerable. Pero es difícil encontrar cosas que me muevan tanto sin hacerme sentir culpable. Solemne, sincero y difícil. In The Aeroplane Over The Sea no es para los débiles.

-

Jose L. Isoard es un prolífico escritor, cineasta, fotógrafo, actor, deportista, héroe, maestro cervecero  y medianamente buena persona.