El sueño Americano es crudo pero si hay jugo

South by Southwest – Austin, Texas

 

Un domingo por la tarde me llamo Xavier Prida, bajista de Neon Lion,  me invito a irme de gira con ellos al festival South by South West en Austin Texas. Los habían invitado por tocar buena música de rock and roll clásica con un nuevo twist de siglo XXI. Sin mucho presupuesto, la banda se encargaría de pagar el viaje y el hospedaje, accedí al instante y me prepare para una larga travesía.

El festival tiene una tradición desde 1987, mezcla conferencias de tecnología, de arte, de cine y el festival de música. South By Southwest Music agrupa a miles de músicos y organiza miles de venues. Bares, parques y escenarios que se llenan de músicos de todo el mundo, algunos para tocar una sola vez, otros para hacer enormes conciertos. Bandas de renombre como los Flaming Lips, o pequeñas como Neon Lion, tienen la oportunidad de asistir, tocar y darse a conocer en un ambiente abrumador de personas. Las expectativas eran buenas.

Neon Lion es una banda que nace en el 2010 conformada por Rodrigo Llaguno en guitarra y vocales, Xavier Prida en el bajo y Jean Pierre Putscher en la batería. Su música proviene del rock tradicional de bandas como Led Zeppelin, Radio Moscow, Stone Roses, Black Box Revelations, Kasabian, entre otras, y agregarle una textura nueva y mexicana, eléctrica y poderosa, si bien podrían ser de EUA o de Inglaterra, son mexicanos, y eso hace que la banda trascienda fronteras geopolíticas y musicales. Han grabado un ep bastante prometedor, Revolt, y tienen material para más.

El festival de música duraba una semana, nosotros íbamos de martes a domingo, y el showcase de Neon Lion era el sábado pero cargamos equipo para armar el toquín callejero con todo lo necesario, desde amplificadores hasta generador de electricidad. Todo en una enorme camioneta que apodamos el Halcón Milenario, zarpamos a las 3:00 am para el norte.

El viaje fue largo, desértico, cruzar a lo largo todo nuestro país para llegar a una polvorienta frontera , Nuevo Laredo, un pueblo sin mucho que decir más que pasajero, aduanero. Cruzar no fue muy complicado, de hecho podríamos haber traficado armas, personas, y drogas. Checaron un par de veces la camioneta y los papeles y bienvenidos a América.

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Otras 5 horas nos encontraban en Austin. El recepcionista nocturno del hotel nos empezó a contar sobre las conspiraciones dentro de EUA y de los marxistas que quieren destruir los valores que fundaron su país, pobre iluso, la estaba perdiendo por vivir de noche. Se propuso salir por una cerveza y pedimos un taxi, y ya estaba acabando la fiesta pero nos dimos una idea de lo que seria, había miles de personas por las calles. Se cocinaba un enorme festival.

La mañana siguiente preparamos el equipo y partimos a la calle principal  buscando un lugar donde instalar a la banda para que tocaran. Descargamos todas las cosas y mientras estacionaba la gigantesca camioneta la banda hizo el set up y un par de canciones. Este viejo y polvoriento pueblo de Austin, caluroso, que personas se veían en las calles, llenas de parafernalia, miles de bandas, músicos, y personajes, mujeres hermosas como no se ven tan a menudo.

No habían tocado más de dos canciones cuando llego la policía y nos pidió un permiso para tocar, no estaba permitido y no había nada que hacer al respecto. Se organizaron comitivas para búsqueda burocrática del permiso sin resultado. No había posibilidad, los gringos son bastante cerrados y con el poco tiempo que tuvimos para organizar no nos dejaban. Guardamos todo el equipo una vez más y fuimos a ahogar las penas a un gran bar con una gran bar tender, todos nos gastamos una lana de más en pedirle tragos a la hermosa mujer que nos tenía hipnotizados.

No pude evitar empezar a considerar que este festival era un gran ejemplo de la industria musical, la industria cultural. Todo estaba perfectamente establecido y legalizado, ordenado para cosechar el dinero de las personas. Sé que debe haber una organización tratándose de un festival tan grande, pero era un exceso. Se despilfarraba música por todas partes a tal nivel que se perdía la verdadera importancia de la misma. La gente regalaba discos en las calles y más tarde se encontraban en el suelo y en la basura, un triste espectáculo.

Fuimos al hotel y bebimos más, fuimos al bar del hotel y bebimos más. Decidimos ir a ver a Tenacious D en un venue de barra libre, y la fiesta fue grandiosa. Mas que un concierto hecho y derecho fue una fiesta con la banda. Todo el mundo estaba borracho y celebrando, hasta Jack y Kyle probablemente tenían mas de una sustancia encima, tocando, sudando y recibiendo el aclamo de la multitud. Tenacious D, hay que escucharlos, y verlos en vivo había sido un sueño. El espectáculo fue grandioso, tocaron sus más grandes canciones coreadas por los borrachos. Espero que Tenacious D haya conseguido las groupies que tanto se merecen. Este tipo de bandas puede hacer posible una fiesta en su concierto, pero son pocas las bandas que hacen eso.

Nos separamos de los demás entre el tumulto y llegamos a un concierto de heavy metal en medio de la nada, perdido en un pequeño venue, luego a otro  bar, un par de chicas y mas cerveza. Nos separamos aun mas y cada quien llego como pudo al hotel, conseguí sacarle un beso a la taxista Monique la única chica con la que tuve una genuina conversación.

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Al día siguiente fueron a comprar amplificadores pequeños de baterías para tocar en la calle. Se armo el set acústico de Neon Lion con cajón, guitarra y bajo semi amplificados. Tocaron por las calles y empezaron a llegar personas a escuchar, les platicábamos sobre la banda y repartimos flyers del showcase. Se tiene que ser parte del sistema. Todos los texanos estaban deseosos de saber que tocaba la banda y que hacíamos aquí, de donde éramos, el festival si se presta para un intercambio cultural.

Regresamos a la sexta y vimos a Rey Pila, es una banda mexicana cuyo género es una combinación de música psicodélica, shoegaze y motown. Los escuchamos en un pequeño barecillo, había gente que no paraba de hablar, afortunadamente Rey Pila tiene el más alto estándar en el equipo más caro y su música era más fuerte.

Fuimos a otro bar y vimos a The Ugly Club, una banda de EUA que sonaba muy bien. Nadie escuchaba, todo el bar estaba hablando y bebiendo, Neon Lion y nosotros éramos los que estábamos escuchando, incluso sin saber que banda era, acabamos saludándolos e invitándolos a México para que toquen. Salimos borrachos por las calles, estaba lleno de afroamericanos vendiendo drogas, no puedo negar que probamos la poderosa hierba norteamericana. La última banda fue un claro ejemplo de la falta de importancia que se le llega a dar a algunas bandas y al festival en sí. Mucha gente va a emborracharse solamente y no por la música, es muy desanimador ver a una banda que vino quien sabe de dónde para que nadie la escuche. También se evidencio de cierta manera el festival y las bandas y la dificultad que hay de destacar en un mundo pululante de  indie rock cuasi cliché.

Viernes, un buen desayuno en dennys cortesía de la banda, a good american fattening  meal. De nuevo a la calle a armar el toquín y promocionar a Neon Lion, no queríamos que pasara lo que habíamos visto la noche anterior, más gentes, más calor y polvo, y cansancio. Pero no importaba decidimos que hoy si íbamos a ver a the Flaming Lips y a Jim James. Caminamos al más grande de los venues, cerca de cien mil personas ven a Jim James abrirle a los Flaming Lips.

Jim James, Jim James, toco excelente mente bien, y canto mejor. Su música se inclina hacia una espiritualidad, llena de alma y de trascendencia, mientras el sol se metía tu alma se elevaba y se sentía como a su templo. Toco varias buenas, la mayoría de su nuevo disco Regions of Light and Sound of God, empezó con “State of the Art (AEIOU)”, fue lo mejor que vi en todo el festival, no offense.

Luego llegaron los Flaming Lips y creo que la trascendencia disminuyo. Wayne subió al escenario, y mientras preparaba su extraño prop para el concierto, un bebe de plástico conectado a decenas de tubos luminosos, dijo que iban a tocar un disco que nadie había escuchado en un espectáculo que nadie había visto, que tuviéramos paciencia y no dijéramos a nadie si la cagaban. Las expectativas no se cumplieron para mí. Fue una hora de música errática y extraña, con canticos bastante inteligibles. Mucha gente no presta atención, y gracias al espectáculo de luces muchas chicas se desmayan como pajaritos. The Flaming Lips perdió un poco a la audiencia con un espectáculo que no estaba listo, y para un público cansado y constituido en su mayoría por texanos ignorantes. La gente quería ver lo mismo de siempre y eso tampoco siempre es bueno, pero este concierto fue el otro extremo. Hubo una canción en donde saco a una mujer y la jalo del pelo mientras ella cantaba, tal vez se le está botando o ya se le boto la canica.

Sábado, es el día final, Neon Lion tocaba en la noche en el venue The Red Eye Fly. Nos dedicamos a repartir flyers y a promocionar a la banda. Los artistas nos sacaron tragos del artists lounge y bebimos, comimos hot dogs and smoke smokes. Descargamos el equipo, amplificadores, pedaleras, bajos y guitarras, y a escuchar por fin. Los padres de Llaguno nos invitaban el hotel en Laredo para que no saliéramos el domingo y hasta el lunes llegar a México, así que nos dejamos beber unas cervezas.

El Red Eyed Fly es un bar que tiene buena reputación en cuanto a las bandas que tocan ahí. La primera banda era Turtle Giant,  una banda de São Paolo y de Macau. Tocan música internacional, global, de diversos ritmos y de diversidad cultural, fue la primera vez que los escuchaba y los recomiendo, no dejé de invitarlos a México, ojala le caigan.

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Neon Lion subió al escenario y comenzó a tocar, había un número bastante respetable de personas que si escuchaba atentamente y disfrutaba de la música. La banda toco muy bien, no perdieron ni un beat e hicieron que toda la gente se levantara y celebrara el rock de Neon Lion. Suenan como a algo que ya habías escuchado y a algo nuevo todo en uno, es atemporal. Tocaron 40 minutos de buen rock, el público era en su mayoría gente extraña ahí por la música. El estilo de Neon Lion es de la vieja escuela, pero interpretado por una nueva generación y ahí está la clave de su género, una reinterpretación y una apropiación de estilos para generar un nuevo sonido que a todos gusta.

Al terminar y tras los aplausos, la sudorosa banda y su sequito, compuesto por Luis el fotógrafo y yo, celebramos el final de nuestra odisea, abrazos y felicitaciones. Tomamos cerveza y hablamos con muchas personas, sobre música, sobre el festival y sobre nuestros países. Fue imposible no salir a buscar fiesta, fuimos a un antro de épicas proporciones, un excelente DJ Widowspeak de Brooklyn, whisky y coca, más fiesta, fuimos a otro par de lugares antes de reencontrarnos. Ahí ya se veía el caos y la decadencia, miles de personas, la mayoría intoxicadas y basura por la calle.

Llegamos a un oscuro tráiler de cartón con un dj y  putas en drogas, bastante deplorable. De pronto vimos la camioneta pasar remolcada por una grúa. El estacionamiento había cerrado ya y nos habían jodido. El corralón fue horrible, deplorable cansancio de todos a bordo, pagamos la multa y se jodió la camioneta. Fuimos a un mecánico, y hasta medio día salió la van ya rumbo a Laredo. Durmiéndonos sobre el volante logramos el pueblo caliente y seco de la frontera. Por fin tuvimos un descanso en el hotel con tibia alberca y cama dulce cama. Saliendo a las 7 de la mañana zarpamos y 20 horas después llegábamos a México. Huesos dolorosos de cansancio.

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La experiencia fue muy enriquecedora, eso no se lo quita nadie, de todo se aprende en esta vida. Neon Lion fue a cumplir su misión, a tocar música en un festival de renombre, fuera de México y buscando la gloria y la fama, el sueño Americano. Pero también la banda, y yo mismo, fuimos a empaparnos de un mundo musical hasta cierto punto corrupto. Corrupto por un público que tiene todo a su disposición y no le da la importancia necesaria a la música, ni ponen atención a los espectáculos que van a ver ni se toman el arte como algo trascendente sino como un pasatiempo más, a su disponibilidad para entretenimiento. Corrupto por bandas que no destacan, que no salen de un sonido muy genérico, sin buscar algo nuevo, si bien es increíble que pueda haber tantas bandas y que la gente escuche, se pierde mucho al industrializar la música y producirla por producirla.

La Industria cultural está en todas partes hoy en día. Sabemos que existe pero no queremos en verdad verla, en cierta parte somos los culpables. Existe ya desde hace mucho tiempo, una industria masiva de música, películas y espectáculos que tecnifica las creaciones artísticas para ganar dinero. Y la audiencia es la pieza clave, consume cultura y música. No me refiero a comprar la música en sí, sino a consumir lo que conlleva, dejarse llevar por lo que la moda manda y por lo que le recomiendan, sin en verdad detenerse a crear un gusto propio, con identidad genuina.

El arte siempre ha estado de la mano del dinero, como lo está casi todo en este mundo, pero es evidente que la industria cultural se vuelve cada vez más depredadora y sus consumidores más despilfarradores y voraces. Para que una banda triunfe y pueda ser escuchada por una gran audiencia los músicos deben de comprometer mucho del origen de la música como arte y adaptarla a un sistema de oferta demanda. La lección esta en detener ese consumismo desechable y actuar, consumiendo cultura de manera racional y creando una verdadera relación con el artista y lo que quiere decir y tocar, no con el gusto de alguna manera impuesto por los medios y la sociedad.

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Jose Miguel Puig Saval

Fotos de Luis Mendoza