Banda: Moonsorrow.

Disco: Voimasta ia kunniasta.

Año: 2001

 

El Black Metal va más allá de un estilo de música, es una travesía que te invita a explorar los más íntimos rincones de la espiritualidad humana. A través de la creación de una atmósfera única, la música te cuenta una historia y te lleva a lugares que sólo puedes encontrar en tu propia imaginación. Musicalmente, el Black Metal también cuenta con los elementos característicos del metal tradicional ya que tiene un sonido denso y fuerte que se compone de distorsiones amplificadas.

Moonsorrow, una banda finlandesa creada en 1995, es reconocida por crear un ambiente único de sus canciones.  El título de su segundo álbum Voimasta Ja Kunniasta se traduce literalmente a “de fortaleza y honor” y eso es exactamente lo que la letra y música contagian. Este viaje épico comienza con “Tyven”, un hermoso preludio de lo que vendrá. El resto del álbum trata del heroísmo y el honor de un guerrero que atrapado en un tiempo indefinido se ve envuelto en  historias de venganza, respeto por los caídos en la batalla y la fortaleza mental de aquellos que pueden resistir la tentación y permanecer fiel a un código de guerrero de honor.

La influencia pagana se nota durante todo el álbum. Y es en la última canción “Sankaritarina” (“la historia de un héroe”) cuando llega el mejor momento. La canción inicia con el sonido de las olas, pájaros y el teclado tocando una melodía hermosa. Una vez que el primer riff se toca y el teclado sigue sonando, sólo que más fuerte, se percibe una atmósfera de triunfalismo. Todo se cambia a un nuevo riff, muy memorable. Después de unos segundos vuelve al teclado, pero ahora con más canto. Se reduce la velocidad, y una voz cantando bajo, seguido de una parte del teclado excelente, con una guitarra acústica. Y de nuevo canto, junto con las voces fuertes. Entonces se convertirá en la parte más hermosa en el disco, en algún lugar en el minuto seis de la canción. El regreso de una voz áspera, y en ese punto puedes oír los sonidos de la batalla, con la canción en la espalda, atmósfera lenta. El canto y la guitarra cada vez más y más rápido y otro gran riff. Después de un tiempo todo empieza a desaparecer, poco a poco, hasta que sólo queda el viento, con un teclado bajo en el fondo que te recuerda lo que has experimentado. Y luego, termina el álbum, despiertas.

El álbum tiene una duración de casi 50 minutos, pero se siente como un segundo. Es como si cierras los ojos e imaginas estar en la antigua Escandinavia, en el mar, después de haber saqueado muchos pueblos… ahora sólo quieres volver a tu casa y familia. Al abrir los ojos, estás otra vez de vuelta, pero sigues recordando el viaje, la visión de una aldea en llamas, de las riquezas que saquearon, varios recuerdos como si en realidad hubieran ocurrido. De hecho, mientras escuchabas el álbum, todo sucedió.

-

Carlos Perez-Salazar Salazar es un escritor apasionado del Metal y sus derivados.