El estreno del remake gringo de Oldboy está programado para octubre de este año. Desde que se hizo pública la noticia, han surgido diversas opiniones sobre lo que podría resultar, en general son negativas.

La original es Surcoreana, está inspirada por una manga del mismo nombre y fue dirigida por Park Chan-wook, es la segunda de tres películas que componen la Trilogía de la venganza y es considerada de culto, es decir, que a un segmento de la audiencia le gusta mucho y lleva la historia a otros niveles que rebasan los límites de la pantalla.

El proceso de la adaptación norteamericana ha sido complicado, al principio sonaban los nombres de Spielberg y Will Smith para dirigir y protagonizar la película respectivamente, finalmente cayó en manos de Spike Lee. Defensores de ésta versión argumentan que está basada en el mismo manga del que Park Chan-wook tomó su historia pero que no se trata de lo mismo, el problema es que las dos sinopsis son idénticas. Aquí me arriesgo a plantear algunas hipótesis sobre lo que creo que va a pasar con una película que ha generado controversia desde antes de ser producida.

La producción no va a defraudarnos, estamos acostumbrados a ver el dinero de Hollywood bien invertido, las escenas de acción y los efectos especiales están a salvo.

Hay que poner atención en cómo van a justificar el tema de la película. Podemos decir que se trata sobre la venganza y sobre explorar los límites del ser humano, pero hay que ir un poco más lejos para encontrar el motor que crea la historia, ¿qué es lo que lleva a Woo-jin, el antagonista, a vengarse? La premisa, el enunciado que describe lo esencial de la trama,  podría ser “el honor debe defenderse sin importar las consecuencias”.  A la Oldboy coreana le cuadra bien, el honor es un valor en el que están fundamentados culturalmente y con el que se conducen cotidianamente, es fácil creer que son capaces de pelear, torturar e incluso asesinar con tal de conservarlo. Pero, ¿pasa lo mismo con Estados Unidos? Habría que cuestionar qué están dispuestos a defender para llegar a matar y a matarse. En el protagonista occidentalizado, se pueden entender muchas cosas, que se obsesione con su pasado, que amenace e incluso quiera vengarse de quien lo ha lastimado. Pero cuesta trabajo imaginar a un gringo (para ser justos, a cualquier Occidental) que por un rumor elige sacrificar su vida y  entregarla a una misión que de ninguna forma puede terminar bien, estamos acostumbrados a los finales felices. Es mucho más factible que alguien que atraviesa por una situación parecida, resuelva su trauma en una sesión de psicoanálisis y continúe con su vida, buscando ser mejor cada día.

En Estados Unidos se entiende mejor que en cualquier otro lado que el cine es un negocio, pero es necesario preguntar, por qué no darle una mejor distribución a la original, hacer un esfuerzo por diversificar el gusto de los consumidores, que puedan usar el cine como pretexto para aprender de culturas tan diferentes y acercarse a películas extranjeras de buena calidad en vez de forzar una adaptación.

Todo lo que expongo aquí son suposiciones, hay que aclarar que juegan mucho más factores de los que menciono, además de que generalizo una realidad social y cultural, sin tomar en cuenta a cada persona y de lo que es capaz en su individualidad. Pero para poder hacer un juicio completo y que valga la pena, habrá que ver la versión de Spike Lee que no es un director cualquiera. Considerado un pionero del cine indie, es conocido y criticado porque constantemente carga sus películas de un contenido racial que incomoda a algunos. Ha realizado más de 20 películas en las que además de dirigir ostenta los créditos de actor y guionista. Él mismo ha declarado que Oldboy es una reinterpretación y no un simple remake. ¿Cuál es su hipótesis?

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Pía Gómez Escalante