Existe una persona mexico-americana que francamente no sé  lo que busca en esta vida. Es un joven hombre, sucesor de Will Ferrel y David Lynch al mismo tiempo. Como si Seinfeld y Marilyn Manson tuvieran un hijo. Como un Terry Gilliam sin sentido humano ni destreza artística, en el buen sentido de la palabra. Un Scorcese desahuciado… Y podría seguir enlistando nombres, pero William está abriendose su propia categoría ¿Qué hace? Hasta donde yo sé, cortometrajes recónditos de youtube, y algo de música.

Para Unimportant –este rincón de este rincón del internet llamado Unedited— me pidieron que documentara una interacción, entrevista o lo que sea que revele a un personaje extraordinario. No es una reseña musical o de arte, no, es más bien la transmisión de experiencias y personas. William Elizondo es una persona que encaja en el perfil de esta situación, pero se encuentra en Los Ángeles, así que mi único medio para canalizarlo a ustedes es una combinación de impresiones y descripciones que espero los dejen suficientemente insatisfechos y sedientos de más. Al fin que hay vario de lo que embarrarse.

Sigo con una selección de sus cortos:

 

Steely Fan

Una exploración mas que sexual, mística. La búsqueda del creador de lo creado. Lo que sugiere William en este cortometraje es que lo que hace un creador, un artista, no proviene de su creatividad, pero tampoco de un robo. Lo que hace el creador es desenterrar algo que ya existía en el tiempo, y tomarse la libertad de revelarlo antes de que su turno llegara. Romper el determinismo en una confrontación a lo divino.

 

Zip Ties

¿Qué es en realidad la fraternidad? ¿Qué es en realidad el amor? El protagonista de este corto se bate entre dos mundos, el del amor, una obediencia pura, una completa aberración de la voluntad de uno a favor de la del objeto amado. En el otro frente, la amistad, esa tolerancia al objeto de compañía, de comprensión. Esa batalla entre ambos que termina en catástrofe, vencida puramente por los impulsos mas primales, esos del defecar.

 

Space Cadets

Una introducción a la mente de William. Un pedazo de incomprensión sumergido en locura. Una epidemia, inevitable, contagiosa, de aquellos que viven en el límite de la sanidad y detienen el agua en el dique para que no nos inundemos.

Hace mucho que no veía algo tan fresco en el cine. Desde mi único y subjetivo punto de vista el trabajo de William es digno de premios alrededor del mundo. Consideramos que su producción es muy admirable. Esperen grandes cosas de este hombre.

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Tino Alvarado