El clima es frío, el cielo está nublado. Es un día como cualquier otro. Sales del apartamento después de desayunar, bañarte y vestirte. Presionas el botón del elevador y esperas pensando en lo que te espera en ese día. Se abren las puertas del elevador y encuentras que adentro espera una cámara y un hombre detrás de ella.

Lift muestra el viaje en elevador de los habitantes de un edificio en Londres y la soledad en la que este sucede. Por lo menos así comienza. Con el tiempo los habitantes entablan una relación con el camarógrafo y la cámara, y terminan contando lo que pasa por sus cabezas y algunas vivencias.

Los edificios habitacionales, como en el que se grabó Lift, suelen ser como enormes cajas de zapatos, hechos con los materiales más duraderos y baratos. Están densamente poblados por lo que son como mini-pueblos. Pueblos dentro de la ciudad, conjunto de pueblos. En esos edificios viven personas con variadísimos orígenes. Lift refleja esta variedad en los personajes que van desde el paquistaní que siempre ofrece algo de comer al camarógrafo, el desempleado inglés que pasa sus días buscando un trabajo, o la señora judía llena de melancolía que añora los años de su juventud, y desprecia a otras etnias. Los describo así por facilidad de aproximación, esperando (sin lograrlo) no caer en ningún estereotipo. Ellos tienen historias que los hace ser diferentes pero equivalentes (como aquellos medicamentos). Diferentes en tiempos, lugares, en contextos, pero similares vivencias. Sin embargo se enfocan en las diferencias para relacionarse con los otros, separandose unos de otros.

Y nosotros tambien solemos categorizar  a los demás y a nuestro entorno enfocándonos en las diferencias. Somos los que somos y no otros porque somos diferentes a los que nos rodean. Creo que es “normal” pensar así, puesto que así lo hemos aprendido. Por eso es tan difícil no caer en ningún estereotipo al describir al otro. Y mucho más difícil cuando lo único que conocemos del otro son las capas más superficiales. Cuando no vemos nuestra relación con el otro, es decir cuando no nos relacionamos. Esta separación de los otros, como algo ajeno a nosotros nos lleva a tantas cosas mal vibrosas como a no ceder el paso en el tráfico, a cerrarnos al otro, o a invadir su país.

En Lift el desconocimiento del otro cercano es una constante. Las conversaciones entre ellos son hechos inusuales, las que hay parecen suceder más por obligación que por interés. Sin embargo un hombre con una cámara logra romper el silencio de los demás, simplemente estando en silencio, receptivo.

Sannh.